martes, 20 de marzo de 2007

Sabor a café

Es el sabor a café por la mañana que no me deja pensar, es la misma historia de cada medio día, y es que cuando dejamos de ser nosotros mismo nos enclaustramos en un mismo tema, siempre negro, algo oscuro tan monótono como el café de la mañana, que me aburre, me adormece, me lleva a caminar sobre un mar de palabras, ahora se marca se amarga, peor siempre es el mismo café de la mañana, que no respira, que ya está frío, que desagua sus desaventuras tratando de despertar la imaginación, que no puede, que ya esta muerto, y me da risa cual bufón en el mundo, me entorpece y es dificil decir por que la vejez es como el café, ya fría, ya oscura, sin animos de vivir, o simplemente viviendo otros tiempos de otras vidas, en otro sitio, de tiempos mejores de buenos tiempos, ah que días aquellos, que no son siquiera lo que parecen, tal vez oro, tal vez nada, es simplemente la necesidad de sentirse importante, la misma retórica de creerse grande, y es irónio y redundante como solo respira para seguir contanto, para decirnos el futuro, futúro incierto, tal certero como el pasado que h tenido, es dificil, es mbiguo, es tan solo las palabras de un viejo café en el mundo, ya marchito, ya amargo, que gozo desmembrando en las letras, que no es nada, solo mitos, solo inventos de un día que no existe, que no cree, solo sueña, sueña que le creo, sueña que es cierto, sigue soñando que algún día el café ya no este amargo...

1 comentario:

Zero dijo...

Me pregunto porque usan al café dentro de alegorias al amor. Luego le encotrare su interpretación psicoanalitica.
Aunque estoy empezando a creer que dependiendo como te gusta el cafe es como eres en el amor y en la pasión.
A mi me gusta el café tibio ni muy frio ni muy caliente, con crema y muy dulce.
Aunque en si no me gusta mucho el café, prefiero el chocolate, o un té.

Cambiando de tema, me preparo para las vacaciones, en una semana andare por alla.