domingo, 4 de mayo de 2008

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Súbita ironía desgarrada de una caricia, dulce mentira de una pasión encarnada, amargo lamento de un amor de verano, desmiente mis ojos a tu verdd infinita, corrompe mi mente a tu sentir absoluto, deja al tiempo en silencio entre suspiros y versos, apaga las luces de mi soledad y dejáme ahora antes que sea tarde, antes que no amanezca, antes que mi cazón se haga uno con el tuyo, y se vuelvan supiros mis sentidos, arropame ahora antes que tu suave piel me cubra y dejame en este silencio tan solo un instante, marchate y deja tu estela al viento

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un adios que se queda flotando en el aire es casi tan desesperante como el último te amo, el último beso, la última caricia...

Un adios de un amor que no se va, y que permanece a pesar de nuestra incesante limpieza por sacar el polvo y las promesas, y todo lo que provoco ese ser amado...

aún asi, a pesar de todo el escombro que uno intenta desesperadamente desaparecer...
es como la arena de la playa, siempre sale, no importa que tenga 2 veranos que fuimos al mar...

hay amores que simplemente nunca se limpian, no se borran y permanecen ahi... como mancha de humedad, como aroma de caoba o pino, se hace tan cotidiano como el aroma del detergente, como el sonido del adorno del vecino...

es ese instante en el que ya dejamos de notar y recordamos que es el que mas duele...

o ese sabor agridulce de los dulces recuerdos que lo hicieron tan especial, como el final y la inevitable decadencia de lo que se llama amor y se pierde la esperanza de ese amor que al parecer solo a nuestros abuelos les toco y uno q otro personaje de novela romantica del siglo pasado...

DG